¿Qué mantenimiento necesita una instalación fotovoltaica?

El mantenimiento de la instalación fotovoltaica es fundamental para evitar que los paneles pierdan su eficacia y se reduzca la cantidad de energía generada para la vivienda.

La buena noticia es que es una práctica de bajo coste y bajo mantenimiento. Además del mantenimiento rutinario de la instalación, que también puede realizar el propio propietario, para que la instalación fotovoltaica sea segura y siga rindiendo de forma óptima, también es necesario un mantenimiento periódico por parte de un especialista.

Tomando algunas precauciones y haciendo a un especialista limpiar los paneles solares y revisar los dispositivos, el sistema fotovoltaico de una casa puede convertir la luz solar en energía durante más de 25 años y proporcionar ahorro y energía verde.

Deberíamos distinguir entre mantenimiento ordinario y mantenimiento extraordinario. El mantenimiento ordinario es el que puede hacer el usuario de la instalación fotovoltaica y es conveniente hacerlo cotidianamente. Por otro lado tenemos el mantenimiento extraordinario que debería efectuar un técnico especialista cada tiempo determinado para asergurarse de que todos los componentes de la instalación funcionan correctamente y producen su máximo rendimiento.

Pautas de un mantenimiento ordinario

Limpieza de los paneles solares

Los paneles solares son el corazón de un sistema y es importante que estén siempre limpios. Aunque en algunos casos una lluvia puede ser suficiente para barrer los restos acumulados en la superficie, algunas incrustaciones de polvo y hojas pueden requerir un tratamiento más cuidadoso.

Si la instalación está situada cerca del mar, en una zona boscosa o en una zona industrial, habrá que aumentar la frecuencia de la limpieza. Existen en el mercado varios kits de bricolaje, compuestos por cepillos y detergentes, para limpiar los paneles solares.

La recomendación, sobre todo en el caso de las manchas más difíciles de eliminar, sigue siendo confiar en una empresa especializada o en la empresa que ha instalado el sistema, tanto porque los paneles suelen ser de difícil acceso como porque con una solución de bricolaje se corre el riesgo de dañarlos para siempre.

Si vives en una zona nevada, es importante retirar la nieve depositada en los paneles. La nieve impide que los paneles funcionen como sistemas fotovoltaicos. La sugerencia es limpiar los paneles cuando la nieve aún no se ha congelado, en este caso basta con utilizar una escoba para retirar la nieve sin dañar el sistema.

Si, por el contrario, no es posible retirar la nieve cuando aún no se ha consolidado, el consejo es esperar a que el sol la ablande de nuevo para evitar rayar los paneles durante las operaciones de limpieza. Se desaconseja encarecidamente el uso de sal, ya que es corrosiva y puede dañar la superficie de los paneles.

Monitorización del rendimiento de los paneles solares

Instalar un sistema de monitorización para vigilar el rendimiento de los paneles solares es siempre útil. Cuando el rendimiento no se ajusta a las indicaciones del fabricante, significa que es necesario un mantenimiento. Con un sistema de monitorización es posible saber cuánta energía ha producido el sistema y hacer diagnósticos precisos para entender qué componentes del sistema no están funcionando como deberían.

El estado de la instalación también puede comprobarse a distancia a través de un smartphone, para que el rendimiento del dispositivo esté siempre bajo control. Por último, no hay que olvidar el aspecto ecológico ya que el sistema de control muestra al usuario la cantidad de emisiones de CO2 que ahorra al medio ambiente en comparación con otras fuentes de energía.

Necesidad de un mantenimiento extraordinario

Mientras que el mantenimiento ordinario puede ser realizado por el propietario del sistema, el mantenimiento extraordinario debe ser realizado necesariamente por un técnico especializado. Al menos una vez al año debe realizarse una comprobación con un técnico para garantizar que el sistema funciona de forma segura y que no hay riesgo de cortocircuito.

El mantenimiento extraordinario incluye todas aquellas operaciones de control y limpieza que no pueden ser realizadas por el propietario de la instalación, ya sea por su peligrosidad o porque requieren habilidades y equipos específicos. De hecho, aventurarse en una reparación de bricolaje no sólo podría dañar los distintos componentes, sino que también podría poner en riesgo nuestra seguridad si, por ejemplo, los paneles se encuentran en partes de difícil acceso.

Es una práctica habitual que, durante las operaciones de mantenimiento, un técnico compruebe primero la situación de la instalación verificando su rendimiento. Si se detecta un déficit de rendimiento, el técnico buscará las causas para definir un diagnóstico y procedimientos de intervención.

Las tareas de un técnico para este tipo de mantenimiento podrían desglosarse de la siguiente forma:

  • Reparación en caso de daños en los cristales y los paneles del marco de aluminio, corrosión y puntos calientes visibles
  • Reparación de estructuras debido a fallos y/o deterioros estructurales
  • Comprobación y posible sustitución de conexiones eléctricas, conectores y uniones de cables
  • Comprobación del inversor y control de la tensión
  • Comprobación de las baterías
  • Sustitución de transformadores, inversores y cajas de cadenas.

Cuando es el mejor momento para el mantenimiento extraordinario

No existe un momento adecuado para realizar el mantenimiento de una instalación fotovoltaica, pero sí hay circunstancias y periodos más adecuados. En general, además del mantenimiento rutinario ya mencionado, sería útil, ya después del segundo año tras la instalación, que un especialista realizara una limpieza e inspección a fondo una vez cada 12 meses aproximadamente.

La mejor práctica recomendada por los expertos en la materia es programar una limpieza periódica de los sistemas fotovoltaicos y una revisión de las partes más expuestas. Si es posible, el mantenimiento debe realizarse a principios de la primavera, es decir, después del período de mayor exposición a la intemperie y antes del período de máximo uso.

De hecho, durante el invierno, la lluvia, la nieve y los cambios de temperatura pueden deteriorar los distintos componentes de los sistemas. Por ello, con vistas a obtener el máximo rendimiento del sistema durante el verano, el mejor periodo para el mantenimiento parece ser el comprendido entre el final del invierno y el principio del verano.

Esto no significa que haya que excluir otros periodos del año. En particular, tras acontecimientos meteorológicos extraordinarios (nevadas intensas, vientos fuertes, granizadas, etc.) se recomienda una revisión del sistema.

Del mismo modo, si el propietario nota anomalías en el funcionamiento del sistema, la intervención oportuna de un especialista puede evitar que la avería se agrave aún más.

Una visión particular

Si estás pensando en instalar un kit fotovoltaico, lo cierto es que ahorrarás en tu factura de la luz aún siendo un tipo de instalación con amortizaciones a medio-largo plazo. Pero para obtener el máximo beneficio y rendimiento es necesario asegurarse del correcto funcionamiento.

Por eso, estar pendiente de la instalación, como un componente más de la casa, y efectuar un mantenimiento con especialistas cada cierto tiempo determinado, es básico ya que es lo que te proporcionará la seguridad y tranquilidad de estar haciendo las cosas bien y de controlar tu inversión al máximo.

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