Dolor por la música

Estos problemas en los músicos son consecuencia, principalmente, de los movimientos repetitivos y las posturas forzadas.

Para llevar a cabo sus ensayos y actuaciones, los músicos están siempre acompañados de sus instrumentos. Éstos, en la mayoría de los casos, no están diseñados para adaptarse suficientemente bien a las características anatómicas de los intérpretes, hecho que posibilita el riesgo de adoptar malas posturas.

Los movimientos repetitivos son un factor todavía más determinante. Para tocar un instrumento, los músicos utilizan su cuerpo y movilizan numerosos músculos y articulaciones del cuello, hombro, brazos, manos y piernas.

El trabajo repetitivo continuado que realizan los músicos, en posturas y condiciones poco aconsejables, favorece la aparición de un alto número de lesiones y enfermedades en músculos y huesos: artrosis del pulgar, neuralgia cervicobraquial (dolor y contractura de cuello, con pérdida de fuerza en bíceps, antebrazo y mano), síndrome del túnel carpiano (dolor y entumecimiento de la muñeca), neuropatía digital (presión continuada en los dedos que provoca dolor que impide realizar trabajo), lumbalgias…

No obstante, estas lesiones se pueden prevenir.
Medidas Preventivas

  1. Adaptar el mobiliario (sillas, banquetas, atriles…) a las características personales de cada individuo, favoreciendo la realización del trabajo con comodidad.
  2. Adaptar a la técnica de interpretación de los músicos todos los elementos posibles que faciliten el trabajo.
  3. Procurar utilizar apoyos para el instrumento, que minimicen las posturas forzadas y los sobreesfuerzos.
  4. Mantener una posición correcta y equilibrada al tocar el instrumento, imaginando que una línea vertical pasa ente las orejas, los hombros y la cadera. Al sentarse, se debe apoyar la espalda en el respaldo de la silla.
  5. Evitar tocar durante periodos prolongados de tiempo sin realizar ningún tipo de pausa.
  6. Practicar de forma regular alguna actividad física o deporte complementario que ayude a compensar el trabajo muscular y el de las articulaciones.
  7. No tocar nunca el instrumento con dolor. Ante la aparición de cualquier molestia física, hay que parar y hacer estiramientos suaves.
  8. Aumentar de forma progresiva la velocidad, dificultad o intensidad de las piezas musicales durante los ensayos.
  9. Realizar siempre ejercicios de calentamiento y estiramientos antes y después de ensayar y actuar.
  10. Programar pausas con el fin de consolidar el aprendizaje y recuperarse de la fatiga física, sin esperar a notar cansancio.

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